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Promesas y realidades del oro blanco

Fuente: Forbes.


La Argentina está en plena carrera para crecer como proveedor global de litio, un mineral clave en la transición energética, con inversiones, producción y exportaciones millonarias.

El litio no es un metal escaso. Ocupa el puesto 25 entre los elementos más abundantes de la Tierra, pero el rol estratégico que el mundo le asigna en los próximos años en el inevitable proceso de la transición energética lo convirtió en uno de los recursos que más interés despertaron en los últimos años. La Argentina ocupa un lugar de privilegio en este escenario al poseer el 20% de los yacimientos globales de litio, ubicados en las provincias de Salta, Catamarca y Jujuy, con una perspectiva de que su demanda se triplique para 2025 a partir de su uso en la fabricación de baterías, en especial para vehículos eléctricos y el almacenamiento de energías renovables.

En 2022, el país cerró con exportaciones de litio por casi US$ 700 millones, creciendo un 234% interanual y representando el 18% de las exportaciones mineras totales. Este desempeño permitió mantenerse a nivel mundial como cuarto exportador, con solo dos proyectos en producción: Fénix, en el Salar del Hombre Muerto (Catamarca), de la estadounidense Livent; y Sales de Jujuy, en el Salar de Olaroz, que pertenece a la australiana Orocobre, Toyota Corporation y la provincial JEMSE.

Pero las perspectivas de corto plazo van mucho más allá. China es responsable de más de un tercio de las importaciones globales del carbonato de litio. Su demanda interna y exportación de autos híbridos y eléctricos es un factor clave para tener en cuenta a la hora de explicar la evolución de los diversos precios mundiales del litio. Si al gigante asiático se le suman Corea del Sur y Japón, representan más del 65% de la demanda internacional, seguidos por EE.UU. y Europa, obvios mercados a los que se orientan las exportaciones nacionales. Litio en JujuyFranco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), destaca que para 2023 “durante el primer trimestre se espera la puesta en marcha del proyecto Caucharí Olaroz (Minera Exar) y, para fines del segundo trimestre, se sumaría Rincón (Argosy). A eso se agregan los avances en la construcción de otros cinco proyectos y dos ampliaciones, con lo que este año se estima que la producción se incrementará aproximadamente en un 50%. Ya de cara al 2025, considerando solo los proyectos más avanzados, se estiman inversiones por US$ 5.000 millones”.

Este movimiento de capitales se traduce en crecimiento para la región del noroeste y de muchas otras provincias en las que se desarrollan las pymes proveedoras, lo que hace que este mineral no solo genere llegada de divisas, sino también el impulso de la industria y el empleo. Se estima que entre el 70 y el 80% de las compras de los proyectos en servicios, insumos y equipos se hacen en el país, lo que potencia los entramados de pymes provinciales.

Pensando los próximos años, el incremento en la demanda fruto de las tecnologías de electromovilidad y energía renovable genera en el país expectativas para el litio y el cobre. “Qué tan transformador pueda resultar este nuevo escenario dependerá en gran medida de la planificación que sepa generar Argentina. No basta solo con tener los recursos naturales. Esto es más que evidente cuando pensamos, por ejemplo, que Bolivia, el país que se estima tiene las mayores reservas, no posee producción significativa. En tanto que Australia, que está muy por detrás en reservas de Bolivia, Argentina y Chile, es el primer productor mundial, con más del 50% del total”, explica Mignacco, también titular de la minera Exar, próxima a irrumpir en el mercado con la entrada en operación del proyecto Cauchari-Olaroz, en la Puna jujeña.

Consolidarse como país productor requiere resolver desafíos que, para la industria, abarcan la generación y sostenimiento de un adecuado marco legal, esquemas impositivos que permitan la competitividad, logística, capacitación de recursos humanos, provisión de insumos, acceso a las importaciones, relacionamiento con las comunidades y una lista largamente presentada a los distintos gobiernos desde el sector minero.

El cambio hacia adelante En este sendero de desarrollo, se abrió en la Argentina y en la región el debate sobre la definición del litio como una commodity y el consecuente mecanismo de fijación de precio. Pero la discusión tiene su razonada complejidad dado que, como punto de partida, habría que delimitar esa definición ya que se habla de “litio” como producto único, cuando lo que se exporta es carbonato de litio, cloruro de litio e hidróxido de litio. La diferencia corresponde a los distintos procesos químicos a los que se ha sometido para aportarle valor al mineral, lo que reduce la validez del pretendido debate sobre la primarización de la actividad. Esos distintos productos no cuentan con una cotización internacional única, ya que lo que se vende no es igual en todo el mundo y ni siquiera entre las compañías de un mismo país, variando en su concentración, calidad y producto final.

Así lo explica el titular de la CAEM al dar como ejemplo que “a nivel global, el principal productor es Australia, basado en la producción primaria minera del concentrado de espodumeno con alto contenido de litio que vende a China, donde lo procesan en plantas industriales para llegar a productos químicos, como los que exporta la Argentina. Por eso, el precio del kilo de espodumeno en 2020 fue en promedio de 0,4 US$/Kg, mientras que el carbonato llegó a 6,3 US$/Kg. O sea, lo que produce la Argentina es fruto de un proceso químico-industrial que incorpora valor agregado”.

El grueso de la producción y exportación del mineral en el país corresponde a carbonato de litio. No obstante, hace pocos meses se inauguró en el norte argentino la primera planta de hidróxido de litio y en breve se espera la puesta en marcha de la primera planta de celdas y baterías de litio, en la ciudad de La Plata, a cargo de Y-Tec, el brazo tecnológico de YPF.

Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM)Pero si a la discusión y a la puja de intereses entre estados y empresas le faltaran condimentos, la industria acaba de recibir en las últimas semanas un desafío por parte del Gobierno nacional que decidió eliminar el reintegro a las exportaciones del mineral, por entender que se alcanzó un alto precio internacional y por ende mayor rentabilidad. Desde el sector explican que el reintegro surgió para estimular la actividad productiva, la contratación de recursos humanos y la generación de infraestructura en zonas inhóspitas alejadas de los principales centros de consumo y de abastecimiento, por lo que los costos de insumos, bienes de capital, infraestructura, transporte, energía y servicios pagan proporcionalmente mayores valores de componentes impositivos.

“Este tipo de medidas -reafirma Mignacco- siempre generan preocupación ya que se va en el camino contrario al del desarrollo de la industria. Los reintegros a las exportaciones de óxido e hidróxido de litio, cloruro de litio y carbonato de litio surgieron a partir de tomar en consideración que la producción minera tiene cargas impositivas diferenciales, como las regalías mineras, que son un tributo que paga, además de todos los que abona cualquier actividad. Quitar los reintegros modifica nuevamente las reglas de juego en el país e impacta en la competitividad frente a otros países que pueden recibir la inversión minera, ya que incrementan la carga impositiva indirecta al eliminar la posibilidad de recuperar los impuestos pagados a lo largo de la cadena productiva, aumentando los costos”.

Argentina cuenta actualmente con solo dos proyectos en producción, de modo que el crecimiento de la demanda aún está en camino de ser traducido en una mayor producción. Así, para el sector, la verdadera definición de crecimiento tiene que tomar como parámetro el incremento de las empresas en funcionamiento y la producción, y no basarse en el incremento de los precios, ya que este puede tener vaivenes.

No menos impacto generó la decisión del gobierno de La Rioja de declarar como recurso estratégico al litio, cuya presencia con posibilidad de aprovechamiento comercial en el territorio de esa provincia aún es una incógnita. A pesar de esa incertidumbre, y que por ende no tiene proyectos en marcha, la medida generó el reclamo al unísono de varias entidades empresariales, alertadas por lo que consideraron una nueva muestra de la afectación de la estabilidad jurídica. Nuevamente, para Mignacco, “es un aspecto que ven los inversores y genera dudas con relación a la provincia en la que se produce este hecho y al país en general. Suspender las concesiones y permisos daña las posibilidades de desarrollo socioeconómico a futuro, generando señales negativas que atentan contra potenciales inversores, frenando la posibilidad de producción y generación de divisas y, con ello, impidiendo la creación de nuevos puestos de trabajo”.

La Argentina debe resolver los desafíos que plantea la expansión de su matriz eléctrica para destrabar las limitaciones de transporte que demoran proyectos ya aprobados. Cómo el sistema busca superar las barreras con el aporte del Estado y los privados.


El marco de la transición energética global explora la definición de un camino propio como país que asegure la adquisición de energía limpia, asequible y sostenible para dar respuesta a la problemática medioambiental pero también a sus necesidades productivas y de crecimiento. En ese sendero, las energías renovables se reservan un rol central a través de distintas tecnologías como la biomasa, eólica, solar, biogás y emprendimientos hidroeléctricos de menos de 50 Mw, y en 2022 registraron un aumento anual del 10,9% hasta alcanzar los 19.340 Gwh, con una participación del 13,33% de la generación total, apenas un acercamiento al potencial que los recursos naturales ofrecen en la Argentina.

El camino de la electrificación de la matriz energética es un hecho a nivel mundial y el país, para acompañarlo, debe solucionar algunos desafíos en el mediano y corto plazo que abarcan, principalmente, la falta de acceso a la capacidad de transporte y el financiamiento. Para el CEO de YPF Luz, Martín Mandarano, “el tema financiero se puede resolver en el mercado local e, incluso, internacional.

El mundo está muy abierto para el desarrollo de este tipo de energías. Pero el transporte se encuentra en un gran cuello de botella: tenemos muy buenos recursos de sol y viento, y somos eficientes construyendo parques, pero no tenemos la infraestructura de transporte eléctrico”. Así, coinciden las generadoras que reconocen que, al momento de buscar el mejor terreno para instalar un proyecto, se busca la disponibilidad de transporte en lugar del punto con mejores recursos, una situación a resolver en el corto plazo.

“Otro desafío es que estas energías son intermitentes. Y el gas natural es el complemento justo para compensar la intermitencia con el menor impacto al medioambiente y el mejor beneficio para el cliente”, agrega el directivo de la empresa que en este primer trimestre del año inaugurará en San Juan su primer parque solar El Zonda e iniciará en General Levalle, al sur de la provincia de Córdoba, su cuarto parque eólico.

“El crecimiento de la industria obliga a proponer una oferta cada vez más económica y sustentable, con el menor impacto posible en el medioambiente. Esto genera una gran oportunidad para el sector, ya que el mundo ha comenzado a producir y consumir con mayor conciencia y reclamando cada vez menos emisiones”, explica. Vector de descarbonización Esta tendencia favorece al país porque tiene el recurso y necesita convertirlo en valor para poder ser un vector de descarbonización regional y colaborar en ese proceso a nivel mundial. Inyectar más energía renovable permite reemplazar la generación térmica y liberar gas natural para exportar, y esto se traduce en mayor competitividad y generación de valor sobre los recursos que muchos mercados necesitan y el país puede ofrecer.

Con esa mirada amplia de mercado, para Martín Genesio, presidente de AES Argentina, “el 2023 será un año de transición, donde el sector energético continuará el proceso de normalización tarifaria iniciado a fines del año pasado y, en lo que respecta al sector eléctrico, debe ser un año en el que se debe atender la necesidad de ampliación de la capacidad transporte en lo que refiere a energías renovables no convencionales, principalmente en fuentes de energía eólica y solar”.

A pesar de las limitaciones que impone la infraestructura, AES Argentina prevé un año de crecimiento ya que la empresa iniciará la construcción de un nuevo parque eólico en el sur de la provincia de Buenos Aires y tiene en carpeta continuar creciendo con el desarrollo de energías renovables: “El objetivo, como empresa, es contribuir al desarrollo sostenible de la Nación y colaborar en el cumplimiento del compromiso asumido por el país en aumentar la producción de energías renovables”, dice Genesio. Con los recursos naturales a su favor, la Argentina tiene que resolver el cuello de botella en el transporte eléctrico.

El país confirmó en los últimos años sus capacidades en el desarrollo de las distintas tecnologías para impulsar a la industria, y los proyectos instalados vienen demostrando su gran competitividad. Pero ese desarrollo del sector vuelve a encontrar este año sus limitaciones de transporte como traba para la puesta en marcha de nuevos proyectos y, en esta línea, se torna importante contar con herramientas concretas para la ampliación del sistema de transporte en alta tensión consistentes con la ley y los compromisos asumidos en la COP 26.

Recientes estudios de la Cámara Eólica Argentina (CEA) demostraron la importancia de trabajar en conjunto sobre las líneas de transporte para lograr una mayor participación de las renovables en la matriz energética, es decir, sumando el compromiso del sector privado para el tendido de redes asociadas a sus proyectos mediante un esquema de repago convalidado por el Estado, de manera de destrabar los proyectos.

Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad de Genneia, destaca al respecto que la compañía está decidida a “continuar el compromiso con la sostenibilidad, invirtiendo en el desarrollo y la construcción de proyectos amigables con el medioambiente y acompañando planes de expansión del sistema de transporte orientado a la incorporación de energía renovable en la matriz energética.

Entendiendo el desempeño macroeconómico y del sector eléctrico local, los efectos producidos por las renovables, los resultados serán positivos y significativos para el medioambiente y la sociedad en las próximas décadas. Sin embargo, será necesario que se consoliden las políticas de desarrollo del sector”. Genneia está próximo a inaugurar en San Juan su nuevo Parque Solar Sierras de Ullum, destinado a satisfacer la demanda de energía de grandes usuarios industriales, en el marco del Mercado a Término de Energías Renovables (MATER). Además, se proyecta la entrada en operación del Proyecto Eólico La Elbita para mediados del 2024, también para satisfacer la demanda de energía de grandes usuarios industriales. Con los nuevos proyectos, la empresa se perfila para superar 1 GW de capacidad instalada, un hito aún no alcanzado en el país, y habrá invertido más de US$ 1.400 millones en más de 20 proyectos para el 2023. TAGS Aes Argentina Energía renovable Genneia YPF Luz

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ESPECIALESVaca Muerta va por más: por qué el 2023 sería un año de consolidación energética Forbes Digital SHARE La puesta en marcha de la infraestructura de gasoductos y oleoductos ya permite pensar en el autoabastecimiento del mercado local y en la meta de un país exportador de energía. Los caminos del futuro del gas y petróleo no convencionales están trazados hacia la región y el mundo. 02 Marzo de 2023 11.45 El sector energético asoma en la Argentina en un momento histórico de desarrollo ante oportunidades que pueden constituir un punto de inflexión para definir una nueva matriz económica y productiva del país, junto con ramas con ramas tan dinámicas como las de los alimentos, los minerales y la economía del conocimiento. La crisis energética global y la guerra en Ucrania generaron un reacomodamiento de precios y nuevos circuitos comerciales, en un escenario global en que la inflación, las presiones monetarias y la amenaza de recesión crearon un desafiante entorno. A pesar de ese contexto impensado, la agenda energética local proyecta para este 2023 la consolidación de Vaca Muerta como vector de desarrollo con récords de producción de gas y petróleo, para apuntalar el camino del autoabastecimiento y de la exportación hacia Chile, el gran mercado de Brasil y luego a todos los continentes con el Gas Natural Licuado (GNL). Los hidrocarburos no convencionales demostraron en los últimos 12 meses su dinamismo con una mejora sensible de costos y de productividad que permitieron en diciembre el récord histórico de 282.400 barriles diarios de petróleo, con un incremento del 32,9% interanual y aportando a los 619.000 barriles de la producción nacional, la más alta desde 2009. La performance del gas no convencional también fue la más alta de la historia, representando el 56% del total. Pero hoy es clave pensar en las inversiones que permitan mejorar rápidamente la capacidad de transporte de crudo y gas de Vaca Muerta para dar lugar a la expansión, y en esa línea se inscribe la rehabilitación inminente del Oleoducto Trasandino que permitirá evacuar la producción de crudo por los puertos de Chile con una capacidad de 160.000 barriles por día. MIRA TAMBIÉN Cómo es la guerra comercial de "código abierto" que está desatando la Inteligencia Artificial Bajan los costos al reciclar plástico y revolucionan la lucha contra el cambio climático En sentido hacia el Atlántico, la ampliación del sistema de Oleoductos del Valle, que une la Cuenca Neuquina con Puerto Rosales en Bahía Blanca, es la principal arteria de transporte de petróleo del país y el proyecto implica duplicar su capacidad actual. Son obras que se complementan con la infraestructura que construye el Estado nacional, especialmente el gasoducto Néstor Kirchner en sus dos etapas y la ampliación de la red para mejorar el abastecimiento interno a precios competitivos y permitir llegar con gas a Brasil para compensar el declive del mercado boliviano. MIRA TAMBIÉN Qué son los Ordinals, los nuevos NFT basados en bitcoin que llaman la atención de los inversores De aquel verano de 1927 a este viaje por la IA Pero tan grande expectativa se refleja también en los planes de las principales operadoras de la Cuenca Neuquina. Para Pablo González, presidente de YPF, “los resultados logrados en 2022 no se veían desde hacía muchos años en YPF y muestran que superamos la situación compleja en la que se encontraba la compañía tras años de desinversión, caída de la producción y endeudamiento. La inversión superó los US$ 4.000 millones y la producción total registró un crecimiento del orden del 9%, el más importante de los últimos 25 años”. MIRA TAMBIÉN Los cuatro pilares que todo negocio debe tener para ser exitoso Esenciales de Forbes: Las tendencias tecnológicas que transformarán el sector inmobiliario en 2023 Pablo González presidente de YPF“Para este año vamos a aumentar las inversiones para superar los US$ 5.000 millones, una de las mayores desde la recuperación de YPF. Pensamos seguir en el camino que iniciamos hace tres años de aumento sostenido de las inversiones, lo que genera mayor actividad y producción, mejora la situación en las provincias en donde operamos, aumenta el empleo y aporta energía para el desarrollo del país” agrega el ex vicegobernador santacruceño al aseverar que “YPF es clave en el escenario actual de mayor demanda de energía y va a liderar el proceso para autoabastecer al país y convertirlo en un exportador de energía: mejorando la actividad convencional, potenciando el desarrollo de Vaca Muerta y financiando obras de infraestructura y transporte que permitan el crecimiento de la producción”. MIRA TAMBIÉN La lucha del futuro se está dando hoy y estas empresas ya trabajan para derrotar a la Inteligencia Artificial de ChatGPT En la nueva edición de Forbes: Cómo la Inteligencia Artificial nos cambiará la vida YPFNuevos proyectos MIRA TAMBIÉN Los beneficios inesperados que la guerra tiene sobre las energías alternativas Prometen recuperar cryptos robadas pero casi nunca lo hacen y solo aumentan las pérdidas de los usuarios La misma preocupación por asegurar la infraestructura para la producción se plantea desde Shell Argentina, la primera operadora privada del país que preside el venezolano Ricardo Rodríguez, que este mes está inaugurando el Oleoducto Sierras Blancas (Neuquén) y Allen (Río Negro) junto a los principales ejecutivos de Shell y sus compañías socias en el proyecto Pan American Energy y Pluspetrol. MIRA TAMBIÉN Se filtran las primeras imágenes del próximo celular de Apple: qué novedades traerá el iPhone 15 Una empresa financiará 30 mil becas para estudiar Web3: cómo inscribirse para capacitarse en esta tecnología La obra, explica, es “la primera inversión privada en la construcción de un oleoducto en Vaca Muerta y la primera inversión de Shell Argentina en midstream en 108 años en el país”. Con 105 kilómetros de recorrido y una capacidad de transporte de 125.000 barriles por día, es “un proyecto clave para incrementar la capacidad de evacuación de producción de las operadoras en la cuenca, que hoy limita el crecimiento de escala. También permitirá conectar a Vaca Muerta con el oleoducto troncal de Oldelval y su proyecto, duplicar y a la vez potenciar las vías de exportación de la cuenca”. La participación de empresas locales en el proyecto forma parte de la estrategia de Compre Local de Shell para contribuir a la generación de empleo local y el impulso de las compañías de servicios en ambas provincias. La ventana del gas en la formación no convencional también se asoma a una transformación de escenarios con la construcción del primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner, una obra de 573 kilómetros de caños –entre Tratayén y Salliqueló– que permitirá contar con un 30% extra de capacidad de transporte para los centros de consumo con un ahorro de US$ 3.000 millones en importaciones y subsidios y profundizar la posibilidad de exportación. Transportadora Gas del Sur ya en 2018 invirtió US$ 300 millones para la construcción de una red de gasoductos locales en Vaca Muerta y una planta de acondicionamiento de gas, ubicada en Tratayén. Oscar Sardi, CEO de TGS, expresa: “Continuar expandiendo las operaciones en la cuenca neuquina ratifica que las inversiones realizadas desde 2018 han promovido soluciones eficientes para los productores, ya que resuelve el transporte y el acondicionamiento de la producción agregando valor al gas natural”. Al mismo tiempo, revela que la compañía tiene el proyecto de ampliación de la Planta Tratayén proyectado en el período 2023-2024, “que está avanzando en línea con la visión de acompañar modularmente el desarrollo productivo de Vaca Muerta, y para el próximo año alcanzar una capacidad de acondicionamiento de 28 MM m3/d, duplicando la actual”.

Oscar Sardi, CEO de TGSFrente a las obras en marcha de extensión de 32 kilómetros del Gasoducto Vaca Muerta en su Tramo Norte, consolidando así una red de captación de gas natural de 182 kilómetros, Sardi asegura que “el próximo paso será convertir la planta en una planta de procesamiento que permita recuperar los componentes licuables existentes en el gas natural tales como propano, butano y gasolina, para luego poder ser comercializados en el mercado local e internacional”. Garantizar el abastecimiento Pero, en el actual contexto macroeconómico en el que el tiempo apremia, resulta también fundamental evitar el desabastecimiento en el centro y Norte del país, teniendo en cuenta el declino del abastecimiento del gas desde Bolivia que este año podría resultar de un tercio de lo comprometido en los contratos originales de 2005. Dentro del paquete de obras de transporte, el proyecto más crítico en el corto plazo en términos de suministro interno es la reversión del Gasoducto Norte.

Daniel Ridelener, director general de Transportadora Gas del Norte, considera que la ejecución de estas obras permitirá, en primer lugar, “asegurar el suministro de gas natural para el norte del país, además de reducir el consumo de combustibles líquidos, potenciar a la industria minera y al mismo tiempo la posibilidad de exportar al norte de Chile y a Brasil vía Bolivia. El área de San Pablo es uno de los principales mercados potenciales para el gas de Vaca Muerta”.

Daniel Ridelener, director general de Transportadora Gas del NortePor eso, TGN propuso al Estado nacional hacerse cargo de la primera etapa de la ampliación de la capacidad del Gasoducto Norte, con la realización de ciertas obras que permitirán incrementar en poco tiempo la capacidad de reversión de los 7 MMm3/d actuales a 10 MMm3/d. “Esta obra da lugar a un mayor abastecimiento de gas a centrales de generación evitando restricciones de abastecimiento eléctrico, y reduciendo el consumo de combustibles líquidos en la zona y las importaciones de gas de Bolivia a precios mayores al del gas nacional”. La reversión del Gasoducto Norte implica dos etapas más de vinculación y de expansión de capacidad, lo que permitirá un crecimiento significativo del volumen exportable para llegar al mercado de Brasil vía Bolivia.

La puesta en marcha de los nuevos gasoductos requerirá del compromiso de los productores y así se reflejó en el lanzamiento del Plan GAS.AR 4 y 5, con un horizonte hasta el 2028, que permitirá un ahorro de divisas de alrededor de US$ 27.000 millones, al tiempo que generará ahorros de subsidios por más de US$ 18.000 millones, ambos para el periodo 2023-2028.

Pero las obras de infraestructura también tienen una mirada a lo largo de toda la cadena de valor del gas y genera desafíos a las empresas distribuidoras que son las encargadas de la vinculación con los usuarios residenciales, comerciales e industriales.

Así lo explica Jaime Barba, presidente de Camuzzi, quien reconoce que las distribuidoras “representan el último eslabón y hoy son uno de los más frágiles de la cadena, como consecuencia del congelamiento tarifario sostenido a lo largo de los años, que ha limitado el crecimiento de la red y, por ende, la incorporación de más usuarios al sistema. Frente a un entorno de costos crecientes y sin tarifas que permitan acompañarlos, nos hemos visto en la obligación de tomar medidas restrictivas, limitando las inversiones a aquellas que son necesarias por cuestiones de seguridad y confiabilidad operativa, en detrimento de las que permitirían la incorporación de nuevos usuarios”. Jaime Barba, presidente de CamuzziA muy poco de que se cumplieron 30 años del nuevo sistema surgido tras la privatización de Gas del Estado, Barba destaca que “se alcanzaron importantes logros pese a que, durante 20 años de los 30, no se cumplió con el Marco Regulatorio y tampoco se instrumentaron tarifas acordes, aun cuando se encuentran contempladas en la Ley del Gas. Por ello, es prioritario normalizar las condiciones en las que se presta el servicio público, dándole certeza y previsibilidad a una actividad que requiere de planificación a largo plazo, inversiones plurianuales e incorporación de tecnología”. La historia muestra que, cuando se alteran las condiciones contractuales y regulatorias, el servicio comienza a deteriorarse, afectando su calidad y la posibilidad de hacer expansiones para llegar a nuevos usuarios.

Analizando la demanda de energéticos como el crudo, combustibles livianos y pesados, gas natural, energía eléctrica, todas las inversiones en la industria energética precisan de un horizonte para el largo plazo. Esto significa que, si bien Vaca Muerta posee los recursos necesarios para reemplazar en gran medida las actuales importaciones, el siguiente cuello de botella será asegurar la demanda. Así lo plantea Christian Podestá, apoderado de Victorio Podestá & Cía., la empresa dedicada a la comercialización, almacenamiento, transporte y distribución de hidrocarburos. Con los mercados de Chile y Brasil “se está hablando de una demanda local y regional potencial de unos 170/175 millones m3/d promedio anual. Si bien es realmente atractiva, es necesaria una mayor demanda, sobre todo en la época estival. Ambicioso objetivo que se puede alcanzar exportando GNL".

Christian Podestá, apoderado de Victorio Podestá & Cía.Los distintos proyectos de instalar plantas de licuefacción para exportación pondrán a la Argentina en condiciones de explotar exhaustivamente sus recursos y convertirse en un player interesante para exportar GNL a, principalmente, los países del hemisferio norte, coincide Podestá. Más aún en estos tiempos en los cuales la demanda mundial por el gas natural se encuentra en auge, el conflicto ruso-ucraniano disparó los costos energéticos y se ha convertido en un combustible de transición energética, al ser más limpio que otros derivados del petróleo y del carbón. “Habiendo asegurado la demanda de largo plazo, y con la infraestructura necesaria, Vaca Muerta podría estar presente en el mercado mundial para el 2026/2027”, concluye.


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