Ámbito.
Expertos y especialistas del sector inmobiliario analizaron lo que dejó el 2023 y las recientes medidas económicas del Gobierno de Javier Milei -incluso la devaluación- y proyectaron las novedades para el 2024.
Esteban Edelstein Pernice, director de Castex
¿Cuál es el balance 2023 para el mercado inmobiliario?
En 2023, el mercado inmobiliario suburbano se vio influenciado por un largo proceso electoral y un contexto económico desafiante, específicamente en la construccionde viviendas, con aumentos de precios y escasez de productos. La construcción enfrentó dificultades para obtener cotizaciones, exacerbando la incertidumbre.
Sin embargo, los barrios cerrados tuvieron un notable desempeño en ventas, posiblemente impulsado por el cambio profundo que se produjo post-pandemia, y que llevó a muchas personas a reconsiderar sus valores y prioridades. Esto condujo a un creciente interés en localidades suburbanas como Ezeiza, Tigre, San Vicente, Pilar o Hudson, entre muchas otras, donde las familias buscaron una vida con más bienestar, deportes y naturaleza, alejada de la contaminación y el confinamiento de la ciudad. Y esta tendencia continúa en curso.
Las perspectivas 2024 para el sector inmobiliario
Con la elección presidencial ya definida, se verá finalmente como se presentará el 2024. Sin negar que ciertamente se juegan ciertos sentimientos de incertidumbre, vislumbro un año más productivo que el que estamos despidiendo.
Se sustenta en los mayores ingresos de divisas en la economía que se anticipan con la campaña agrícola, ya sin sequía; en el posible acuerdo con el FMI y en la implementación del gasoducto con el que se espera alcanzar el autoabastecimiento energético.
A pesar de la persistente inflación, la demanda en el mercado suburbano se mantiene, y refleja la tendencia de organizar la vida laboral en función del lugar donde se puede vivir, y no al contrario.
Sin embargo, los desafíos continúan, especialmente en relación con los créditos hipotecarios, cuya viabilidad depende de lo que pueda lograrse para controlar la inflación, un objetivo clave del nuevo gobierno y un desafío para todos los argentinos.
Miguel Ludmer, director de Interwin
¿Cuál es el balance 2023 para el mercado inmobiliario?
Durante el 2023, el mercado inmobiliario estuvo activo, sin perjuicio de haber sido un año electoral presidencial, con la inflación que tuvimos y la volatilidad que experimentó el tipo de cambio. Nosotros notamos a lo largo de todo el año un nivel de actividad bastante positivo, que incluso superó casi en un 50% nuestros resultados del año 2022. Es bastante sorprendente para el entorno macroeconómico, político, financiero, monetario, etcétera, con lo cual lo vemos con optimismo. Tuvimos algunas dudas de cómo iba a evolucionar el mercado a partir de las elecciones y sorprendentemente todo prosiguió con la misma tendencia positiva.
¿Cómo impacta la reciente devaluación en el Real Estate?
Entendemos que una devaluación del dólar oficial va a impactar en el sector inmobiliario con el aumento de algunos costos de insumos que tienen relación con ese tipo de cambio, con el dólar oficial.
Respecto a cómo afectará los precios de compra venta, al mismo tiempo creemos que estos valores no se reflejaban directamente en los precios, y que alguien que importaba a 380 pesos oficiales tal vez no lo pasaba a su lista de precios a ese valor sino que lo trasladaba ya a un valor intermedio.
Además había un montón de costos adicionales en la importación, sumado a la inestabilidad cambiaria y a la inflación, etc, que generaba y genera hasta el día de hoy mucha distorsión de precios y especulación en la construcción de valores.
Sumado fuertemente a la dificultad y al temor de no poder volver a obtener una Sira o de no volver a poder importar, a mi criterio eso suscitaba que los precios estuvieran bastante inflados o con márgenes de cobertura que eran poco eficientes.
Con lo cual, si bien en línea directa esto va a generar un aumento de los costos, también se pondrán más competitivos cuando se abra la importación y sean más limitados los márgenes de utilidad.
Las perspectivas 2024 para el sector inmobiliario
Para nosotros el 2024 va a ser un año de actividad sostenida, donde mucha gente elegirá los desarrollos inmobiliarios, incluso 20 años después del corralito, como un lugar seguro para guardar sus dólares o sus ahorros.
Vemos muchísima gente, tanto desarrollistas en todos los niveles, inversores y compradores ávidos por invertir en Real Estate en Buenos Aires.
Todo esto, por supuesto, sabiendo que no contamos con crédito bancario, y que por otra parte, que hasta que no bajen las tasas de inflación va a ser imposible contar con esa posibilidad.
Observamos al mercado muy activo y optimista, así como lo descontó también el mercado financiero con su primera lectura positiva y la mejora del valor de las acciones argentinas.
Por otro lado, en la medida que el nuevo gobierno disponga de una política más abierta y de medidas acertadas para calmar la inflación, entendemos que toda esa ebullición de precios – aunque en principio ciertos costos relacionados con los dólares del tipo de cambio oficial se van a incrementar –finalmente se depurará y calmará y los costos especulativos van a desaparecer para arribar a guarismos más eficientes.
Con lo cual, en síntesis, auguramos un 2024 y posterior a 2025 de buena actividad.
Maria Ines Kries, gerente comercial de Newland
¿Cuál es el balance 2023 para el mercado inmobiliario?
En 2023 podríamos señalar que el sector inmobiliario finalmente experimentó un año con cierta estabilidad. A pesar de algunas fluctuaciones, las ventas se mantuvieron en promedios muy similares a los del 2022. La anticipación de un panorama menos favorable se disipó gracias a aquellos que optaron por seguir invirtiendo o por cambiar sus propiedades. Esta vez, no fueron tanto los inversores sino los consumidores finales los más activos, individuos principalmente interesados en ampliar los ambientes de sus hogares o en adquirir para futuras generaciones.
En términos de negociaciones, el año tampoco fue particularmente agresivo en cuanto a ofertas recibidas, al menos en lo que refiere a nuestros desarrollos en pozo en curso. El sistema de cuotas desempeñó un papel crucial, ya que permitió obtener plazos para el pago de las unidades sin la necesidad de un desembolso total, como suele suceder en propiedades ya finalizadas.
Esta tendencia está intrínsecamente ligada a la noción que venimos planteando hace tiempo: el mercado inmobiliario parece haber alcanzado su punto más bajo en términos históricos. Con el valor de la construcción en aumento constante en dólares, parece improbable que los precios disminuyan aún más.
Las perspectivas 2024 para el sector inmobiliario
Mirando hacia el futuro, el 2024 se vislumbra como un año de prometedoras expectativas. La eventual derogación de la ley de alquileres podría atraer nuevamente a nuevos propietarios e inversores, expandiendo la oferta y posiblemente estabilizando el mercado a largo plazo. Si bien este proceso no será inmediato, podría marcar un cambio significativo.
Además, un cambio de gobierno suele generar un ambiente de esperanza y, con las medidas adecuadas, podría incentivar a aquellos con ahorros a seguir invirtiendo.
Es probable que este año veamos un cambio en la dinámica de compradores e inversores. Sin embargo, mucho dependerá de la evolución de la ley de alquileres, como mencionamos anteriormente.
Adicionalmente, seguirá siendo alto el interés por propiedades en Buenos Aires para quienes provienen del interior, no solo como vivienda para sus hijos estudiantes, sino también como inversión debido a la rentabilidad comparativamente superior que se percibe en CABA.
En conclusión, el 2024 podría marcar el inicio de un repunte en los precios de las propiedades, anticipando un cambio gradual pero sostenido en el mercado inmobiliario.
Vanesa Jaimovich, gerente de marketing de Newland
¿Cómo impacta la reciente devaluación en el Real Estate?
La incertidumbre inicial generada por las nuevas medidas del gobierno obviamente impactará el mercado inmobiliario, creando un período de expectativa y precaución.
Será lógico observar una disminución en la actividad, especialmente hacia fin de año, cuando tradicionalmente el sector se ralentiza.
Sin embargo, la inversión y la demanda por las propiedades continuarán, ya que la necesidad de adquirir viviendas o de realizar cambios seguirá siendo una constante.
Con lo que, a pesar del efecto inicial de ralentización debido a las medidas, las decisiones de compra finalmente terminarán por concretarse.
La falta de acceso al crédito a menudo lleva a los compradores a buscar opciones más accesibles, con elecciones que se basan más en preferencias personales y capacidades financieras, mientras que los inversores, aunque más selectivos, siguen buscando oportunidades, preferiblemente con tickets de alrededor de los 60.000 dólares.
Es evidente que los costos de construcción aumentarán debido a la devaluación, incrementando el valor de los materiales y ajustando el precio en moneda local.
Este período puede representar un punto de estabilidad en los precios de las propiedades, pero es probable que eventualmente aumenten.
En resumen, aunque las medidas iniciales pueden desacelerar el mercado, este va a tender a recuperarse a medida que la gente se adapte y las decisiones de inversión se materialicen. La dinámica entre la oferta, la demanda y las condiciones económicas prevalecerá, estableciendo un escenario en el que los precios pueden mantenerse estables a corto plazo, aunque es probable que aumenten en el futuro.
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