La Nación.
Un domingo corriendo en medio de la intensidad de la Maratón de Buenos Aires, Augusto Mustafá encontró algo más que la línea de meta: a su futura socia, Martina Oriozabala, abogada especialista en real estate. Procedentes de diferentes mundos, él del empresarial y ella del inmobiliario, juntos crearon un proyecto innovador dentro industria de la construcción: casas prefabricadas que se construyen en una fábrica en 6 meses, se transportan y cuestan menos de US$50.000.
Evolutiva, es la empresa que crearon dedicada a la producción de casas modulares en fábrica, para luego transportarlas e instalarlas en su ubicación definitiva.
Un domingo corriendo en medio de la intensidad de la Maratón de Buenos Aires, Augusto Mustafá encontró algo más que la línea de meta: a su futura socia, Martina Oriozabala, abogada especialista en real estate. Procedentes de diferentes mundos, él del empresarial y ella del inmobiliario, juntos crearon un proyecto innovador dentro industria de la construcción: casas prefabricadas que se construyen en una fábrica en 6 meses, se transportan y cuestan menos de US$50.000. Evolutiva, es la empresa que crearon dedicada a la producción de casas modulares en fábrica, para luego transportarlas e instalarlas en su ubicación definitiva. La clave de estas construcciones, además de que son escriturables, es la drástica reducción del tiempo requerido. “Para la mayoría de las personas, el mayor beneficio es la ausencia de una obra”, afirma Oriozabala, socia fundadora de la marca que comercializa la desarrolladora Real Capital. Con más de 25 años de experiencia en el sector, Oriozabala resalta el dilema común en la construcción: “En el momento en que compran el terreno, las personas están llenas de ilusiones pensando que trazaron el plan perfecto, pero las complicaciones vienen después”, asegura. Fundada en octubre del año pasado, estas nuevas viviendas buscan solucionar uno de los principales problema de la construcción en Argentina: la escasez de materiales y mano de obra. Su relación directa con marcas colaboradoras, que garantizan un suministro ininterrumpido, elimina la posibilidad de retrasos por escasez de materiales. En contraste, en las construcciones tradicionales, la necesidad de encargarlos de forma incremental puede obstaculizar significativamente el avance de la obra.
Otro dato clave es que, en el momento de realizar la compra, los clientes determinan el precio de la casa, sin sorpresas ni imprevistos. Con un costo mínimo de US$49.000, estas viviendas se producen en líneas de montaje y suelen tardar de 3 a 6 meses. La razón principal, según cuentan desde Evolutiva, son los procesos de aprobación municipal y preparación del terreno. Aunque preparadas para emplazarse en cualquier superficie, recomiendan realizar un análisis del suelo para determinar el tipo de base necesaria, ya que varía según la ubicación.
Otra ventaja es que, al no tener que estar pendiente de una obra, los clientes pueden seguir con su rutina. “Eliminamos la necesidad de ir y venir a la obra, evitando la pérdida de tiempo y el estrés del tráfico”, explica la desarrolladora. Solo se requiere un día para realizar el diseño, aunque algunas casas ya tienen opciones modulares predefinidas. La elección de materiales se realiza una sola vez, y luego, “todo se fabrica al 100%”. Incluso los clientes pueden visitar la fábrica y seguir el proceso si lo desean pero no es una obligación ni tampoco una necesidad de los desarrolladores su presencia.
Los que más se animan son los jóvenes, cuenta Oriozabala, especialmente aquellos que buscan viviendas de hasta 50 metros cuadrados. “Para ellos, nuestras casas son la opción perfecta, ya que no quieren lidiar con las complicaciones de una construcción tradicional. Muchos las utilizan como cabañas, propiedades para alquilar o casas de fin de semana”, señala la socia fundadora.
Según detalla la abogada, el consumidor final puede personalizar la superficie deseada a partir de un mínimo de 42 metros cuadrados y seguir ampliando incluso después de la construcción inicial. “Es como un juego; elegís un módulo acá, otro allá, y así ensamblas la casa de tus sueños, además de que también se pueden vender por separado si desean reducir el tamaño de su vivienda”, agrega Oriozabala. El costo por metro cuadrado comienza en US$900, pero al igual que las propiedades tradicionales, depende de las especificaciones de cada consumidor.
“Una vez que el terreno está preparado, una grúa pluma coloca la casa en la plataforma. Un solo módulo se instala en un día, mientras que una vivienda de 300 metros cuadrados en una semana”, menciona Oriozabala. Un dato relevante: estas viviendas son antisísmicas, lo que permite que se trasladen sin problema de un lugar a otro.
Además de la flexibilidad en el diseño, los clientes pueden personalizar sus hogares según sus preferencias. “Estas viviendas no solo están listas para habitar, sino que si el cliente lo desea, podemos incluso incluir muebles, aires acondicionados o electrodomésticos”, señala la abogada.
En cuanto a la construcción, Evolutiva se inclina por el steel frame, un método que está ganando popularidad en la industria debido a su flexibilidad, durabilidad y eficiencia energética. Se trata de un sistema de construcción en seco que es justamente lo que permite una fácil expansión en diferentes etapas. “Se puede comenzar con un módulo de dos habitaciones, y luego ir agregando más o incluso construir hacia arriba. Además, las paredes son mucho más delgadas, con un grosor de solo 15 cm, lo que significa que la casa es más liviana y ofrece más espacio dentro de los metros cuadrados disponibles”, señalan.
Quienes apuestan por estas viviendas innovadoras son aquellos que buscan un estilo de vida diferente, más moderno y eficiente. “Con más de 25 años viviendo en Europa, tuve la oportunidad de participar en la construcción de estas casas y vivir en ellas, lo que me dejó asombrada por su rapidez y versatilidad. Ahora, traigo esta revolución a Argentina, donde aún la gente se está adaptando a la idea de habitar una casa construida sin ladrillos”, finaliza Oriozabala.
Comments