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Con un flujo anual de más de 12.000 personas de diferentes partes del globo que arriban a la Argentina con el propósito de efectuarse algún tipo de tratamiento vinculado a la salud e ingresos que aportó esta industria cercanos a los u$s250 millones solo durante 2022 –según registros de la Cámara Argentina de Turismo Médico e IMPROTUR–, la Ciudad de Buenos Aires se posiciona como el principal destino del ámbito nacional para llevar adelante esta clase de prácticas clínicas (37%); seguida de Córdoba (15%) y Mendoza (10%). Así pues, traccionado por el empuje de este sector, el negocio inmobiliario también mira de cerca estas estadísticas que motorizan el segmento de los alquileres temporarios.
Sin dudas, los viajes que hacen tanto moradores locales –oriundos de distintas provincias y ciudades del Interior– como extranjeros con el propósito de asistir a una consulta, cierta intervención quirúrgica o hasta efectivizar algún procedimiento vinculado con su bienestar, generan que la necesidad de alojamiento que demanda el turismo hospitalario devenga en un número creciente de inversionistas que buscan comprar propiedades para destinarlas a un tipo renta en la que predomina un rendimiento de dólares en mano.
Claro que, a la hora de elegir en qué barrio adquirir un inmueble para destinarlo a tal fin, es menester que su ubicación se halle en consonancia con la cercanía a importantes centros médicos, pero también que posea buenos accesos a los principales puntos turísticos, medios de transporte, comercios, espacios públicos, entre otros puntos relevantes.
"El que visita la ciudad por un motivo de salud pretende alojarse, en general, en un espacio que funcione bien y que no presente ningún inconveniente durante su estadía", asegura Iván Briones, director comercial de Estudio Kohon. Y hace hincapié en que los más jóvenes "buscan con amenities" para aprovechar el tiempo libre, mientras que el público mayor "presta más atención a la limpieza". Eso sí: lo que valoran todos por igual es la cercanía al centro de salud.
Por más que no sea el único barrio que muestra una alta demanda de un público que procura alojamiento para permanecer mientras un familiar o allegado al que deben acompañar se realiza un tratamiento vinculado a la salud, ciertas calles de Almagro son un caballito de batalla en particular: con el Hospital Italiano como epicentro –también potenciado por su cercanía con el Durand y el Naval–, esta subzona se convirtió en una "miniciudad del turismo médico", como la define Gabriel Brodsky, CEO de Predial.
Para tomar como parámetro, el valor del m2 de un departamento usado en Almagro es de u$s1.887, u$s2.357 a estrenar y u$s2.324 cuando se compra de pozo, de acuerdo con datos del portal Zonaprop. Y si bien las más solicitadas para turismo hospitalario son las unidades chicas (mono y 2 ambientes, de entre 30 y 50 m2), también se da bastante demanda de departamentos de 3 ambientes "porque el que viene a hacerse el tratamiento es un adulto o un menor, y muchas el acompañante, según el vínculo, quiere dormir en piezas separadas", pormenoriza el especialista.
En concreto, si la idea es invertir en un inmueble en la zona próxima a este nosocomio, "en la calle Palestina al 500 un monoambiente a estrenar de 32 m2 de una obra en curso tiene un valor de u$s68.000. Y los usados con características similares parten de los u$s50.000/u$s55.000", ejemplifica Brodsky.
Con 880 unidades activas subidas a la plataforma de Airbnb y un promedio de precio que oscila los u$s675 mensuales (versus los $407,038 por mes de la media que hoy se debe abonar por un 2 ambientes en formato tradicional), lo cierto es que alquilar un departamento en las cercanías a dicha "institución sanitaria" oscila entre los u$s30 y los u$s70 diarios. Claro que este valor queda supeditado a la calidad, equipamiento y tamaño. Sin dudas, para el viajero "es mucho más conveniente que ir a un hotel", resalta Briones.
Así las cosas, si bien en esta zona de 44 manzanas la renta temporal –empujada por el turismo hospitalario– arroja una rentabilidad del 7,71% anual versus los 5,63% que marca la renta tradicional en ese mismo conglomerado, según datos de Monitor Inmobiliario, "quienes invierten en el inmueble al comienzo de su comercialización, con un precio de m2 más bajo, obtienen un retorno de entre 12 y 13% anual en dólares", especifica el director comercial de Kohon. Todo, en una superficie donde "un 70% de los compradores eligen destinar sus propiedades para tal fin".
Específicamente en esta área de la Ciudad de Buenos Aires, la ocupación de alquiler temporario "alcanza el 90%, tomando en cuenta por mes y unidad", detalla Briones. De todos modos, ello va en consonancia con varios factores. En principio, la "posesión" estará influenciada, también, por el precio que se pida por la unidad, el equipamiento que tenga, la ubicación y las comodidades del edificio, factores que invitan a que los huéspedes se queden más tiempo.
Hay un número creciente de inversionistas que buscan comprar propiedades para destinarlas a un tipo renta en la que predomina un rendimiento de dólares
Pero hay otros indicadores menos subjetivos que pesan en esta ecuación; pues están aquellos pacientes que vienen por un lapso de dos semanas para realizarse cirugías estéticas o tratamientos de belleza debido al costo menor en dólares que cotizan en Argentina, si se los compara con países cercanos, como Brasil, Chile y Colombia. En estos casos, la estadía también puede aumentar por la posterior recuperación in situ que requieren estos procedimientos previo la vuelta a casa.
Más allá de su origen, por supuesto que el período de permanencia de los pacientes de alta complejidad que arriban con fines de turismo hospitalario suele ser más extensa: de 3 meses, aproximadamente. Aunque varía: ante un tratamiento o trasplante, la estancia puede extenderse hasta 6 meses, un año o incluso más.
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