Forbes.
Los rumores sobre WeWork presentando la bancarrota comenzaron la semana pasada y finalmente se confirmaron. La compañía, que ofrece espacios de coworking, se amparó al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas de Estados Unidos y culminó un colapso dramático para una empresa que alguna vez estuvo valorada en 47 mil millones de dólares.
En un comunicado de prensa, WeWork dijo que el 92% de sus tenedores de deuda garantizada habían aceptado su plan de reestructuración que eliminará alrededor de 3.000 millones de dólares de deuda. Además, como parte de la reorganización, la empresa reducirá los arrendamientos de oficinas comerciales y en su presentación ante el tribunal de quiebras de Nueva Jersey reveló que posee alrededor de 15 mil millones de dólares en activos y 18.6 mil millones de dólares en deudas.
Por otro lado, la presentación de la compañía también mostró que debe alrededor de US$ 100 millones en tarifas de terminación de arrendamiento y alquiler impago, aunque tiene la intención de disputar algunas de esas reclamaciones.
En otro escrito, el cofundador de WeWork, Adam Neumann, calificó de "decepcionante" la declaración de quiebra de la empresa. “Ha sido un desafío para mí observar desde 2019 cómo WeWork no ha logrado aprovechar un producto que hoy es más relevante que nunca. Creo que, con la estrategia y el equipo adecuados, una reorganización permitirá a WeWork surgir con éxito”, aseguró al respecto.
EL COLAPSO DEL GIGANTE
La historia de WeWork comienza en 2010 de la mano de Neumann y su socio Miguel McKelvey, quienes antes habían creado un pequeño espacio de cowork que vendieron para fundar la empresa que los volvería famosos y multimillonarios.
El primer espacio de WeWork abrió oficialmente en 2011 y rápidamente generó interés en varios inversores inmobiliarios. Sobre todo en Joel Schreiber, quién compró 33% de la compañía por US$ 15 millones ese año. Al poco tiempo, empresas como PepsiCo empezaron a utilizar los espacios de WeWork y para 2013 ya contaban con más de 350 compañías alquilando alguno de sus espacios.
Tal crecimiento provocó que inversores de la escala de J.P. Morgan Chase & Co, T. Rowe Price, Wellington Management y Goldman Sachs decidieran sumarse y eso desencadenó que en 2015 WeWork fuese declarada la empresa de mayor crecimiento de ese momento.
De todos modos, el auge no finalizó allí. Para 2016 la compañía levantó una ronda de US$ 430 millones que llevó su valuación a US$ 16 mil millones y desde ese momento la expansión se profundizó. No solo por Estados Unidos sino también en mercados gigantes como India y China. De hecho, SoftBank se volvió inversor y en 2019 desembolsó US$ 2 mil millones para llevar la valuación de WeWork a los históricos US$ 47 mil millones.
Sin embargo, en ese preciso momento donde la empresa alcanzó su pico de popularidad también comenzaron los problemas. Sobre todo en torno a Adam Neumann, quien en ese momento era CEO, y la cultura que había desarrollado dentro de WeWork. Esto, sumado a preocupaciones sobre una sobrevaloración y la sostenibilidad del negocio, hicieron que WeWork comenzara a dar pasos hacia atrás, lo que provocó una caída en las acciones y en la valuación de la empresa.
Para finales de 2019 Neumann ya no era más el director ejecutivo de la compañía y la situación empeoró cuando se preparaba para salir a bolsa ese año pero finalmente no pudo hacerlo. En su presentación de oferta pública inicial de ese año, la startup reveló que había perdido 1.900 millones de dólares en los doce meses anteriores. A esto le siguió un informe de investigación del Wall Street Journal sobre el controvertido estilo de gestión de Adam Neumann y la posterior adquisición de SoftBank que recortó progresivamente la valoración de la empresa, ya que su situación financiera empeoró por la pandemia de Covid-19, cuando la gente se vio obligada a trabajar desde casa.
La empresa finalmente salió a bolsa mediante una fusión de SPAC en 2021 pero las acciones de la compañía han caído un 98,5% desde principios de año y más del 99% desde que salió a bolsa mediante esa fusión.
LA SITUACIÓN EN LA ARGENTINA
En comunicación con Forbes Argentina, representantes de WeWork en el país aseguraron que las noticias recientes sobre la posible presentación de una reestructuración por medio de Chapter 11 corresponde a WeWork Inc. y no incluiría ni afectaría la operación de WeWork LATAM.
“Las operaciones en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México forman parte de un joint venture en el que el SoftBank Latin American Fund que mantiene una participación mayoritaria sobre WeWork LATAM”, explicaron al respecto. Y agregaron: “Esta decisión no afectaría a nuestros miembros, su membresía, servicios o acceso a nuestros edificios en la región. WeWork LATAM sigue enfocado en brindar una experiencia excepcional mientras continúa ejecutando su plan para fortalecer su negocio en la región”.
*Con información de Forbes EE.UU.
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