El Mundo (España)
Ni apartamentos ni hoteles. Ni pisos turísticos ni coliving. La última moda en el sector de la vivienda son los alojamientos flexibles: estudios con los servicios de un hotel, pero donde el cliente se siente como en casa.
Los pisos son pequeños, pero su punto fuerte son los servicios y las amplias zonas comunes que poseen: recepción, limpieza, piscina, gimnasio, jardín, zonas de coworking, barbacoas, club social, lavandería, sala de cine e incluso spa para mascotas.
El modelo está pensado para un alquiler de media estancia, a medio camino entre los tradicionales de largo plazo y los vacacionales que se reservan por días. La fórmula responde a la necesidad de los huéspedes de no vivir en establecimientos fríos e impersonales, sino en espacios similares a sus hogares en los que sentirse cómodos.
Se trata de una tendencia que ya triunfa en toda Europa, sobre todo en Alemania y el Reino Unido, y que en Madrid arrancó después del Covid y despega con fuerza.
La pandemia trajo modelos de vida y de trabajo más flexibles que han fomentado la expansión de este tipo de alojamientos, cada vez más solicitados por los clientes internacionales o nacionales que se desplazan por motivos laborales o por parejas que están esperando que les entreguen su nueva casa.
9.000 METROS DE PARCELA
Los últimos en aterrizar en la Comunidad de Madrid han sido los 1.137 apartamentos que ha levantado Greystar -compañía estadounidense que gestiona activos residenciales- en una parcela de 9.000 metros cuadrados en San Sebastián de los Reyes, localidad ubicada al norte de Madrid.
Ésta es la tercera comunidad Be Casa que esta empresa pone en marcha en la Comunidad, después de las de Rivas y de Valdebebas, con lo que ya cuentan con más de 2.500 viviendas.
¿Y qué tipo de clientes solicitan estas residencias? «El 50% son jóvenes profesionales, pero también tenemos médicos, policías, guardias civiles y muchos divorciados con hijos. Hay una gran variedad porque también contamos con familias que vienen una temporada desde el pueblo a visitar a sus padres. Había una demanda de este tipo de alojamientos que antes no se podía cubrir», contesta Covadonga Sanz, directora de gestión de activos de Greystar.
Los apartamentos cuentan con uno o dos dormitorios amueblados, cuartos de baño, un pequeño salón, cocina americana equipada y una terraza.
Los precios oscilan de los 871 euros al mes que cue
stan los estudios pequeños de 27 metros cuadrados a los 1.500 euros de los pisos de 53 metros.
La estancia media dura unos cuatro meses, pero también se puede alquilar por días y la gran ventaja es que no es necesario entregar dos meses de alquiler por adelantado, sino que basta con el 15% del total de la reserva para las estancias largas, con un tope de 950 euros, mientras que, para las temporadas cortas, no hace falta ninguna cantidad. La reserva se puede ejecutar online siempre que se acredite una nómina.
El diseño de interiores de los alojamientos de San Sebastián de los Reyes -ubicados frente al hospital Infanta Sofía- ha sido realizado por el estudio Alfaro-Manrique, que ha empleado azulejos artesanales en color tierra para dar una sensación de calidez que acoge al visitante.
La idea es crear una comunidad entre los huéspedes y un sentimiento de pertenencia, de tal manera que se organizan actividades como fiestas de Halloween, karaokes, concursos de tapas o de pintura para facilitar que los clientes se conozcan entre ellos.
Otra de las diferencias de estas estancias con respecto a otras muchas es que son pet friendly y aquí los animales son bienvenidos. Incluso cuentan con un spa con grandes bañeras para poder lavar a las mascotas sin problemas de espacio.
LA INVERSIÓN SE DISPARA
Desde la consultora inmobiliaria CBRE destacan que el sector del living -que agrupa a residencias de estudiantes, los coliving, los alojamientos flexibles y las residencias vacacionales- sigue consolidando su posición como foco de inversión.
De hecho, durante el primer semestre de 2023, ha liderado la inversión inmobiliaria en España con cerca de 1.629 millones de euros y ha concentrado el 31% del total de transacciones (frente al 25% del primer semestre de 2022). Como botón de muestra del crecimiento del sector, si en 2021 representó tan sólo el 7% del total invertido en activos residenciales, con alrededor de 200 millones, en 2022 la inversión se disparó hasta los 666 millones de euros (15% del total), multiplicándose por 3,5.
Por eso, cada vez más inversores están apostando por este tipo de alojamientos. Así, la gestora Momentum ha lanzado apartamentos flexibles en Alcobendas y Carabanchel, mientras que otros inversores como Round Hill Capital o Dazia Capital tienen proyectos en Tetuán y Valdebebas.
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La empresa Livensa Living, especializada en residencias universitarias, también cuenta con una línea de alojamientos flexibles en Alcobendas. Y el Grupo Moraval abrió en septiembre 417 pisos de estas características en Pozuelo de Alarcón, junto al centro comercial El Zielo.
«No podemos obviar que los modos de vida han cambiado enormemente durante los últimos años, pasando de tener una perspectiva lineal a una circular y cíclica. La pluralidad, y la movilidad han de tener su reflejo en la oferta de alojamientos en el mercado», concluye Javier Kindelan, vicepresidente de CBRE España.
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