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La actividad industrial cayó 1,4% en junio, con una marcada retracción en la producción de alimentos

Infobae.


La industria lleva varios meses mostrando indicios de desaceleración, pero recién ahora se está haciendo evidente la caída en los niveles de actividad. Según un estudio elaborado por Orlando J. Ferreres, el índice de producción industrial se contrajo 1,4% en junio en comparación al mismo mes del año pasado. Además, se registró una baja del 2,6% en comparación a mayo, en la variación mensual desestacionalizada.


Como contraparte, el informe destacó que la caída en el sexto mes del año no fue lo suficientemente grande como para contrarrestar el buen arranque previo. De esta forma, en el acumulado del primer semestre completo la actividad industrial tuvo un leve crecimiento del 0,7% en relación al 2022.

Los sectores que inclinaron la aguja


La consultora evalúa de forma individual a doce ramas de actividad. Entre ellas, siete tuvieron resultados negativos en junio y cinco tuvieron una recuperación, siempre en comparación con junio del año pasado.

En detalle, el rubro al que peor le fue fue “Alimentos”. Con el duro golpe de la sequía por detrás, la actividad de la industria alimenticia se contrajo un 10,1% el mes pasado, con lo que registró la séptima baja consecutiva y acumuló una retracción del 8,9% en el primer semestre.


De acuerdo al estudio, la caída se explica principalmente por la retracción en la producción de aceites, que se achicó 21,9% y ya lleva 18 meses consecutivos a la baja.


El sector que provee insumos a la construcción -el de minerales no metálicos- anotó en junio una caída de 5,1%, la tercera consecutiva, que lleva el acumulado del semestre a una merma de 3,3 por ciento. Según informó la consultora, el producto más relevante del sector, el cemento portland, tuvo una producción 2,4% menor a la registrada para junio del año pasado.


En metales básicos, las estadísticas relevadas por la consultora señalan que en el sexto mes de 2023 hubo una baja de actividad del 2% anual, provocada por la caída de las líneas de acero crudo (-8,8%) y laminados terminados en caliente (-5,6%), mientras que el hierro primario (+7,5%) y el aluminio (+8,6%) tuvieron subas interanuales. No obstante, el sector en su conjunto anotó para el primer semestre un crecimiento acumulado de 8,3%.


Uno de los sectores a contramano de la tendencia general es el de “Maquinaria y equipo”, aunque es válido señalar que ese sector presentó una dualidad en la que la producción de automotores creció en la comparación interanual mientras que el resto de los rubros, como la producción de maquinaria agrícola y de electrodomésticos de línea blanca, mostraron contracciones.


“De todas maneras, con un avance de 10,6%, la producción automotriz anota la menor suba del año, con la segunda menor tasa registrada el mes pasado, mostrando una clara desaceleración. A nivel agrupado, el sector anotó en junio un avance de 2,8%, acumulando para los primeros seis meses un crecimiento de 7,5%”, precisaron desde la consultora.


Las expectativas

En vistas al segundo semestre, las proyecciones de los economistas no son las mejores. Desde Orlando J. Ferreres, indicaron que la retracción estimada de la actividad industrial en junio refuerza su noción de que Argentina está entrando en un ciclo contractivo.


“La comparación anual muestra una baja de 2,6% y la serie desestacionalizada revela una contracción de 1,4% respecto de mayo, que a su vez venía de una caída aún mayor”, apuntaron.


No es mucho más optimista la lectura de Jorge Vasconcelos y Maximiliano Gutiérrez, economistas del Ieral (Fundación Mediterránea). “Hay que tener en cuenta que el proxy del PIB (el estimador Mensual de Actividad Económica –EMAE-) retrocedió en mayo 5,5% interanual, reflejando la merma más acentuada desde octubre de 2020. Así, en el acumulado del año, la economía presenta una caída del 1,3% interanual, pero con un cambio de dinámica al evaluarlo por trimestres: mientras que el primero mostró una variación positiva de 1,3% interanual, el segundo trimestre, tomando como proxy el bimestre abril-mayo, exhibió una caída de 5% respecto a igual trimestre del año anterior”, apuntaron.


“En forma convergente, el Índice Ieral que mide la evolución del nivel de actividad en base a la recaudación de impuestos asociados al mercado interno muestra una merma de 4,1 % interanual para el período abril-junio”, agregaron.


Los expertos advirtieron que la sequía constituye el principal factor determinante del retroceso de la actividad. “En el primer trimestre del 2023, el EMAE agropecuario exhibió una caída de casi 12% interanual y en los dos primeros meses del segundo trimestre esa merma se profundizó hasta el 41 %. En mayo, el sector agro realizó una contribución negativa a la variación del PIB de 5,78 puntos porcentuales. Por su parte, el “resto” del PIB, que había tenido un crecimiento de 2 % interanual en el primer trimestre, ha pasado a una situación de estancamiento en los datos que se tienen para el segundo trimestre”, apuntaron Gutiérrez y Vasconcelos.


Claro que no todas son malas noticias. Los economistas recordaron que hay sectores que sí están creciendo, como el de minas y canteras. “Del lado de la oferta, la rentabilidad de Vaca Muerta sigue mostrando resultados y, en el rubro construcciones, se nota el arbitraje de quienes aplican dólares a la paridad libre para transformarlos en ‘metros cuadrados’, bajo la expectativa de que una reducción de la brecha cambiaria en el futuro justifique la inversión”, señalaron.


Del lado de la demanda, indicaron, se sostiene el impacto de la “Provincia 25“, en referencia a los turistas de países vecinos limítrofes que cruzan recurrentemente la frontera aprovechando las diferencias de precios por la brecha cambiaria, y también las “compras de oportunidad” de los agentes locales, típicas de un régimen de alta inflación.


Por su parte, un informe realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) aseguró que la producción de la industria manufacturera pyme cerró el primer semestre del año con una suba acumulada de 1,2%, a pesar de que en junio el nivel de actividad marcara un retroceso de 0,6% interanual.


Los resultados surgen del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP) en la que participaron 404 pequeñas y medianas empresas fabriles de todo el país. ”Continúa una tendencia que comenzó en diciembre último, pero la industria aun así pudo cerrar el primer semestre del año con un crecimiento de 1,2% en comparación con igual periodo del año pasado”, señaló la entidad empresaria en un comunicado.

Desde CAME argumentaron que “el poder de compra del ingreso personal se ha debilitado, lo que significa que los consumidores tienen menos dinero para gastar”.


A esto se suma “un fenómeno que ocurre en algunas ramas industriales (que) es la sobreacumulación de stocks de insumos por temor a que su desabastecimiento genere gastos extraordinarios además de costos logísticos, provocando no sólo una menor liquidez financiera, sino una postergación de inversiones en maquinarias o reparaciones”, agregó el informe de CAME.

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