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Qué pasará con los precios: los factores que harán difícil bajar la inercia en los próximos meses


Bajar la inflación se le está volviendo al Gobierno una tarea más que compleja. La suba de 6% de los precios en enero, y las previsiones que indican que en febrero podría replicarse ese número, volvió a generar preocupación en el equipo económico, luego de la “alegría” de noviembre y diciembre, con cifras algo menores.


Marzo tampoco parece que mostrará un cambio de tendencia, por lo que el primer trimestre cerrarría, de acuerdo con todos los pronósticos privados, cerca del 20%. Aún así, en el Palacio de Hacienda sostienen la meta del 60% anual y la intención de que las paritarias cierren en torno a esos valores. Pero son muchos los factores que permiten anticipar una evolución de los precios varios escalones arriba de estas estimaciones oficiales. ¿Cuáles son? ¿Qué esperan los analistas para este año electoral?


En el Palacio de Hacienda sostienen la meta del 60% anual y la intención de que las paritarias cierren en torno a esos valores

“Hacia adelante, distintos factores seguirán presionando sobre una inercia inflacionaria difícil de desarmar en el corto plazo. Entre ellos, el impacto de la sequía sobre el precio de algunos alimentos; el traslado al consumidor del ajuste en los precios de la hacienda vacuna; la dinámica de los ajustes salariales en un año de elecciones”, enfatizó el economista de Ecolatina, Santiago Manoukian.


Y agregó: “A eso se le tienen que sumar incrementos pendientes en las tarifas de servicios públicos; un crawling peg cambiario más alineado con la inflación; las restricciones sobre las importaciones y tensiones sobre la brecha y las expectativas de una devaluación en medio de la transición electoral”. En este contexto, sus estimaciones para el primer trimestre rondan el 20% y 95% para todo el año.


Para Ecolatina, el set de acuerdos de precios instrumento por el Gobierno con distintos sectores productores de bienes y servicios bajo el paraguas de Precios Justos –renovados y ampliados hasta junio inclusive–, junto con la ausencia de shocks como los ocurridos el año pasado (guerra en Ucrania, renuncia de Martín Guzmán) podrían contribuir a “moderar la inercia y las expectativas de inflación, aunque no sustancialmente”.


Por otra parte, tampoco está claro que el Gobierno pueda sostener estos acuerdos, en un escenario de escasez de divisas y de dificultades para liberarle a las empresas los dólares para importar.

Las variaciones interanuales de los precios, según el Indec


“Asimismo, el Gobierno seguirá enfrentándose a la dificultad por controlar precios de alimentos frescos impactados por las inclemencias climáticas y/o la estacionalidad -como el caso de las verduras y las frutas- mientras que la recomposición de los precios de la carne vacuna seguirá su curso”, remarcó Manoukian. El impacto que tendrá la suba de la hacienda, y por ende de la carne, a partir de este mes será importante. En el IPC de febrero, podría llegar a sumar un punto de inflación, según un cálculo hecho por la consultora Equilibra. Por lo tanto, un producto que durante la segunda mitad del año pasado jugó a favor por la mayor oferta debido a la sequía, ahora vuelve a impactar negativamente.


“La suba de la carne va a impactar de lleno en el IPC de febrero; por lo tanto, un dato que estimábamos cerca de 5%, ahora estará entre 5,5% y 6%. Y el problema es que luego viene marzo, que probablemente sea igual o más alto que enero, por lo que estaríamos cerrando un primer trimestre con una inflación promedio de 6% mensual”, aseguró Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra.

“Hacia adelante, distintos factores seguirán presionando sobre una inercia inflacionaria difícil de desarmar en el corto plazo” (Manoukian)

Además del factor “carne”, también jugarán en contra de una posible desaceleración inflacionaria la aceleración de la devaluación del tipo de cambio oficial; la escasez de divisas, un posible dólar soja 3 y las restricciones a las importaciones; el inicio del ciclo lectivo en marzo y el cambio de temporada en lo que respecta al rubro de indumentaria y calzado; y los remanentes que quedan de las subas tarifarias, con sus impactos directos e indirectos. También mencionó el riesgo de que la gripe aviar perjudique la producción de pollo y huevos.


“La inflación nunca bajó. Hizo un pico de más de 7%, pero una vez que dejó el pico atrás, se mantuvo en torno a 5/6% todos los meses. Pero es muy volátil una inflación tan alta. En enero, impactaron muchos aumentos de regulados que ya estaban anunciados y que el Gobierno postergó, pero como éso, muchas cosas”, precisó Gabriel Caamaño, de Ecoledesma. Por ejemplo, dijo, “cuando venga el nuevo dólar soja, cuando les den un tipo de cambio más alto, eso va a generar impacto inflacionario en toda la cadena”.

“La inflación va a seguir alta todo el año”, manifestó. Y recordó, además que si bien el Banco Central desaceleró la tasa de depreciación del dólar oficial, sigue por arriba del 5% mensual, y sigue habiendo expansión monetaria. Según él, no hay una razón para que la inflación caiga al 3% mensual, como proyecta el equipo económico.

“En enero, impactaron muchos aumentos de regulados que ya estaban anunciados y que el Gobierno postergó” (Caamaño)

A su turno, el economista de FIEL, Juan Luis Bour, enumeró los factores que, según él, harán inviable lograr la meta oficial. En primer lugar, recordó que hay exceso de pesos, no solo por la expansión fiscal y monetaria en pandemia, sino porque el déficit sigue financiándose con emisión en un contexto en que la demanda de pesos cae. “Por lo tanto, mientras no corten el déficit y la emisión, no hay margen para una desaceleracion persistente”, aseguró.


Por otro lado, “muchas variables siguen pisadas y en proceso de ser ajustadas por arriba de la inflación, ya sea ahora o más tarde. Ergo, la expectativa es de saltos discretos en el tipo de cambio, las tarifas y otros precios que inducen a mover otros precios relevantes, como los salarios)”. “Cortar la inercia requiere medidas que están fuera del radar de la actual Administración. No suben tasas, pero tendrán que hacerlo cuando implementen el dólar sola 3, que subirá las brechas”, sostuvo Bour.

Sergio Massa y su secretario de Comercio, Matías Tombolini (Maximiliano Luna)


Según él, cuando las expectativas no se corrigen, la inercia se acentúa. Y hoy, dijo, no hay anclas nominales, salvo la expectativa de un cambio de gobierno, aunque no están claras sus eventuales decisiones ni en el timing.


Para lograr la meta oficial del 60% en el año, entre febrero y diciembre la variación mensual promedio debería ser el 3,8%, de acuerdo a los cálculos de Ecolatina.

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